Comenzamos hablando sobre nuestra relación en el
grupo.
Contamos lo sucedido en el encuentro anterior, la
experimentación de ejercicios, como nos van a ayudar a futuro, cómo se pueden
desarrollar, de qué formas y en qué espacios.
Qué lugares ocupamos y qué roles desempeñamos
cuando tuvimos que desenredarnos. Los liderazgos que aparecieron en esa
situación y reflexionamos acerca de cómo las relaciones entre nosotros se
hicieron más estrechas.
En un momento determinado, Ivana Lacombe, dio aviso
de que la puerta se iba a golpear (una corriente la cerraba), y dijo: - ¡Se te golpea la puerta! De ahí surgió
una observación del profesor diciendo que cuando usamos el “se te…” hacemos cargo a otras personas de lo que va a ocurrir, aún
cuando se trate de un hecho fortuito. “Se
te cae el chico…”
Luciano nos comunicó que a partir de la próxima
clase, una estudiante - cuya designación será rotativa - deberá presentar una
crónica de lo sucedido en la clase anterior. El formato será elegido con
libertad, respetando el estilo de escritura de cada cronista. Lo importante es
que cuente acerca de los momentos y situaciones efectivamente vividas. Bien
podría responder a la pregunta: - ¿Qué
pasó hoy aquí?
Luego hablamos de que el aprendizaje en Arte y
Educación pasa fundamentalmente por el contacto directo y la experiencia
sensible, de las diferencias entre saberes y conocimientos[i],
y de cómo se pueden resolver las tensiones que existen entre ellos. El profe
dio un ejemplo: “Si hacemos referencia a
una naranja e intentamos describirla, vamos a llegar a un punto en el que
aquello que queremos hacer saber al otro se tornará indescriptible, imposible
de transmitir con palabras. Llegaremos a ese punto cuando intentemos enseñar al
otro acerca del sabor de la naranja, lo
único que posibilitará que el otro aprenda el sabor, es darle una y que la
pruebe”[ii]
Dicho esto dije: “- Yo paso profe, soy alérgica a las naranjas y mandarinas. Me hacen
brotar”. Conté luego que tuve que sacar una planta de 40 años de mi casa.
Mis compañeras dijeron: “-
Regalémosle un naranjo para el cumpleaños” Nos causó mucha gracia.
Conclusión a saber: el 15 de julio es mi cumpleaños.
Luego de citar y reflexionar sobre una frase de
Bruner[iii]
que daba a entender que no tenemos que tener miedo a que el profesor descubra
nuestras ignorancias al preguntar, creo que preguntando descubrimos mucho más.
Luego “apareció” nuevamente en el salón el sujeto,
que sentado en primera fila, mira - estático - el pizarrón. Él está
interactuando de una forma muy peculiar, no dialoga, sólo observa, de repente
gira su cabeza hacia nosotros, un poco, solo un poco, genera en nosotros
rumores, conversaciones susurradas: “-
Miró otra vez” “- Está ahí” “- Sigue ahí”.
Más tarde y a raíz de la razón metodológica de la
propuesta de hacer crónicas, hablamos sobre qué es, que algo articule con otro
algo, sobre qué es articular, y sobre qué es una articulación. Concluimos que
las articulaciones unen, conectan y permiten el movimiento, articular nos
permite movernos, desplazarnos, avanzar y al mismo tiempo descubrirnos unidos,
integrados.
El brazo está unido al hombro por una articulación,
si en algún momento, por alguna razón se lo uniera con algún cemento de
contacto (como la gotita), quedaría del modo y en la posición en la que ha sido
pegado. Si hiciésemos lo mismo con el codo y con nuestras vértebras y con…
quedaríamos constituidos como un único bloque, duro, sin poder siquiera girar
el torso o la cabeza. Riéndonos, al asumir dramatizando esos efectos en nuestro
propio cuerpo, concluimos que, por fortuna estamos articulados.
Luego nos dedicamos a pensar ‘el grupo’, ‘lo
grupal’, ‘el fenómeno de la grupalidad’. Para eso deconstruimos la disposición
habitual del mobiliario del salón y construimos un nuevo espacio que
posibilitara la mejor circulación de significados a comunicar y los vínculos
pedagógicos. Corrimos los bancos y formamos una especie de círculo con las
sillas y nuestros cuerpos, sin muebles entre nosotros.
Unas compañeras dramatizaron una situación en la
que estaban en una parada de colectivos. Tres de ellas - una a una - llegaron a
la fila, para esperar que llegara el ómnibus. Nos hicimos preguntas: si tenían
el mismo objetivo; si tenían un objetivo común y compartido; si sólo coincidían
en el mismo lugar y momento, circunstancialmente, y el hecho de que
coincidieran en sus objetivos individuales los hacía o no, compartidos y
comunes; si el abandono de la tarea por parte de una de ellas implicaba alguna
diferencia en la situación de las otras; si el diálogo entre ellas era necesario
o no, si aún en el caso de que ese diálogo se diese efectivamente, el diálogo
refería a la situación o podía tratar otras cosas poco significativas acerca de
la situación; si desarrollaban algún sentido de pertenencia y compromiso al
conjunto humano que conformaban en la oportunidad; si la suerte de cada una
dependía de algún modo de la de las otras; si eran o no sustituibles en la fila
por otros actores distintos; si tenían entre ellas mutua representación
interna. Descubrimos que se trataba de un conjunto humano que en rigor no puede
ser calificado como grupo, sino como una serie, con integrantes sustituibles,
sin mutua representación interna, sin sentido de pertenencia, ni compromiso,
sin intercambio de roles, sin desarrollo de liderazgos, sin una tarea común a
realizar, sin objetivos compartidos. Sólo están juntas - apenas - ahí, en la parada de colectivos, pero no se
observa allí de presencia el fenómeno de la grupalidad.[iv]
[i]
Arte y Educación es una materia incluida en el campo de los saberes a enseñar y
el saber debe ser experienciado “El
conocimiento es objetivable, transmisible en forma indirecta o impersonal; se
puede adquirir a través de libros o máquinas; es factible e ser sistematizado
en teorías; se enuncia a través de conceptos. En cambio, el saber es
transmisible sólo directamente, de persona a persona, experiencialmente; no
puede aprenderse a través de un libro, ni de máquinas, no es sistematizable (no
existen tratados de saber); solo puede ser enunciado a través de metáforas,
paradigmas, situaciones, casos clínicos (…). El saber da poder de uso. No así
los conocimientos (…). Así, si alguien dice: ‘sé manejar’ se supone que si se
le proveyera de un auto podría salir manejando. Pero si dice: ‘yo conozco como
manejar un auto’, hasta el mejor amigo dudará en prestarle su auto”.9 Para poder articular en vínculo íntimo
al arte y a la educación hay que pasar por la experiencia. Alicia Fernández. “La
inteligencia atrapada”, Buenos Aires, Nueva Visión, 1999
[ii] “El sabor que se desprende del contacto con
las sustancias, con las cosas materiales, anuncia las características del
objeto; para saber hay que gustar, esto es, incorporar los objetos. El gusto es
particular, experiencia difícil de transmitir sin haber probado” Calmels,
Daniel; “Cuerpo y Saber”, Buenos
Aires, D&B, 1997
[iii] “La ficción en
la comunicación es una de las tantas expresiones de los ritos en las clases,
mientras que las
auténticas preguntas se configuran como el espacio privilegiado para la
construcción del conocimiento. Cuando el maestro se constituye en un interlocutor más
sabio y con más experiencia, permite que los estudiantes planteen sus hipótesis más arriesgadas, sus
intuiciones o sus interrogantes sin temer que, con estas intervenciones, el docente
descubra las ignorancias.
Me gustaría poder describir la institución educativa como una especie de área de protección que le
permite a uno ser más atrevido, más arriesgado; tener ideas, tener hipótesis,
decirlas o ponerlas en práctica. Pero, no siempre ha resultado así…” Jerome
Bruner
[iv]
Unidad I
§
Grupo. Grupalidad. El arte y la
educación como actos de encuentro colectivo.
-
Instalación del espacio lúdico.
-
La creación del espacio de confianza y
contención.
-
Mutua representación interna.
-
Abandono de la serialidad.
-
Intercambio de roles.
-
Indiscriminación, discriminación y
síntesis (producción).
-
Homogeneidad en la tarea,
heterogeneidad en la constitución.
-
Dinamismo. Pertenencia, compromiso,
finalidad específica.
4 comentarios:
No está prohibido comentar eh, tampoco es difícil. Los blogs se alimentan de los comentarios de los lectores. Démosle de comer a este, pobeshito! Muy buena su crónica Vane! Me gusta.
Para mi la crónica de Vanesa fue muy interesante ya que la clase anterior yo no me había inscripto en la carrera y por esa medio puede saber de que se había tratado.
Para mi fue muy rica en los contenidos y en lo que había pasado durante la clase.Me ayudo un poco a saber que la clase era bastante tranquila donde se podía hacer un chistes, por ejemplo el de la alergia de Vanesa y conocernos mas entre nosotras.
Me encantó tu comentario. Me detengo en: "saber que la clase era bastante tranquila" "donde se podía hacer un chiste"... Me hace pensar en que para vos, la generación de un espacio de confianza y contención, tal que permita - por ejemplo - "hacer un chiste", sin que esto parezca un desvío de los objetivos y propósitos académicos, es necesaria para hacer de la clase un lugar tranquilo. Descubro en esa "tranquilidad", lo opuesto a tensión innecesaria, presión inútil, desgaste de energía sin finalidad de trabajo. La importancia del vínculo pedagógico que afecta positiva o negativamente a la relación educativa. Lo "tranquila" que te resultó la clase, ayuda a revisar los contenidos con confianza. Luciano
Chicas: cuando comentan como anónimo, firmen por favor su comentarios, al pie del comentario mismo, dentro del cuerpo del comentario, así sabemos quien escribe. Gracias.
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