Es una verdadera alegría para nosotros que nos visites. Este es un espacio para leer y comentar, para expresarnos y comunicarnos. Para educarnos entre todos, aprendiendo cada uno de lo que el otro opina, piensa, siente y generosamente comunica.
El profesor se retiró de la clase hoy, y no
quedamos de acuerdo sobre quien iba a escribir la crónica de este encuentro,
así que decidí hacerlo.
Comenzamos la clase y el profesor nos preguntó cómo
nos sentíamos a un mes del comienzo de las cursadas, todas coincidimos en que
lo que más nos preocupaba eran los parciales. Él nos explicó que la carrera
dura cuatro años, pero hay y habrá quienes necesitan más tiempo para hacerla.
Que hay chicas en años más avanzados que recursan algunas materias y que esto
no significa que el retraso académico sea decisivo para pensar en la
imposibilidad de completar la carrera, aunque al mismo tiempo esto no significa
- en modo alguno - que sea deseable rendir una o dos materias por año. Carolina
comentó que hay dos o tres materias a las que les tenemos miedo, el profesor le
respondió que tal vez a esas materias las vamos a rendir sin dificultad y a
otras a las que no se les teme tanto se podrán en el futuro tornar más
problemáticas, que eso dependerá de la experiencia[1]
de la carrera que cada una de nosotras vaya construyendo.
Luego la compañera Andrea Zarriello leyó su
crónica la clase anterior, fue, muy… muy
completa, Verónica dijo que se parecía a Rayuela[2],
creo que por lo extenso, bueno en realidad no lo sé porque no la leí y todos
nos reímos.
Después el profesor nos propuso reflexionar sobre
grupo y grupalidad - el tema dominante de la Unidad 1 - Vanesa, Verónica y
otras compañeras fueron dando sus pareceres, y así, entre todos fuimos
arribando a conclusiones[3]
y tratamos de reconocer las notas características de la grupalidad en nuestra
propia experiencia: la educación como acto de encuentro colectivo, la
instalación del espacio lúdico, la creación del espacio de confianza y
contención, la mutua representación interna, el abandono de la serialidad, el
intercambio de roles, las etapas de indiscriminación, discriminación y síntesis
(producción), la homogeneidad en la tarea y heterogeneidad en la constitución,
el dinamismo, la pertenencia, el compromiso, la finalidad específica.
El profesor nos preguntó si considerábamos que en
las escuelas había, en cada aula, constituidos como tales, grupos de
aprendizaje.
Verónica contó que su hija va a la escuela
secundaria, y que en su grupo existen
varios subgrupos claramente delimitados, a punto tal que hay algunos chicos que
ni siquiera identifican a otros compañeros. Luego analizamos nuestra propia situación
en las clases que compartimos con las chicas que cursan el Profesorado de
Educación Especial y cómo cambian las relaciones interpersonales en el aula
cuando la composición del grupo varía.
El profesor habló acerca de la necesidad de que se
dé de presencia el fenómeno de la grupalidad en los colectivos humanos de aprendizaje,
y que esta no es una pretensión fundada en razones ajenas a la búsqueda de
mayor calidad académica, sino que por el contrario cuando la grupalidad no se
hace presente, el sistema de comunicación intencional que se configura en el
aula, se ve afectado por ruidos e interferencias que ponen en riesgo o rompen
el circuito de la comunicación, y que el vínculo pedagógico afecta directamente
a la relación educativa, y por lo tanto, a más grupalidad, más y mejor
comunicación, mayor calidad en el vínculo, y mejora en la calidad académica.
Habló lo suficiente sobre sistemas de comunicación, emisores, receptores,
códigos, canales y mensajes, como para que Carolina dijera que parecía una
clase de lengua.
Luego entró la Profesora Nancy Gallardo y nos dijo
que dejaba un libro en Patoruzú.
Luciano nos preguntó acerca de los juegos que nos
había pedido que trajéramos para jugar entre esta y la próxima clase.
Vanesa dijo que ella había traído dos, a uno de
ellos - el juego de la bruja - se lo había explicado la hija, Lucía dijo que
ella también lo conocía, pero con algunas diferencias. Luego Florencia explicó
otro juego que Florencia encontró muy parecido al llamado ‘huevo podrido’. Carolina
recordó un juego de destreza y habilidad que ella jugaba: el tiqui-taca[4].
Yo recordé la rayuela, la payana, juegos a los que creo que ya no se juega[5].
Verónica habló del juego de armar la palabra. El profesor mencionó los juegos
en los que se pide a uno que se retire y es el que tiene “adivinar” o “darse
cuenta de algo” luego al entrar, y a veces darse cuenta justamente de en qué
consiste el juego. Luego sobrevino el timbre, quedamos en seguir con arte y
juegos. Hasta la próxima…
Mariana Colaneri
[1]
La experiencia se construye a partir de lo vivido y de los procesos reflexivos
que se encaren a partir de ese material que es lo vivido, no hay construcción
de experiencia sin reflexión.
[2]
Probablemente Verónica se refiriera a que podían leerse los párrafos de la
crónica de Andrea en distinto orden y la crónica seguía siendo comprensible sin
atarnos al orden habitual.
[3]
Que siempre serán provisorias, abiertas, no clausuradas. Todo el conocimiento
humano es hipotético y provisorio.
[4]
Los tronadores o tronadoras, es un juego de habilidad personal, consistente en
balancear dos esferas y hacer que "truenen" (de ahí el nombre, ya que
suenan fuertemente), sin estas perder su equilibrio, por el mayor tiempo
posible. No encontré referencias acerca del origen del tiqui-taca, tampoco en torno
a su extensión geográfica. No sé si tiene origen popular o es un invento de la
industria del juguete.
[5]
Doy fe de que los chicos de primaria los saben jugar, no los juegan todos los
días o con la misma frecuencia en la que eran jugados en otros momentos
históricos, pero también juegan a la payana o a la rayuela.
Crónica del encuentro del viernes 4 de mayo de 2012.
Empezamos hablando de la Feria del Libro[1].
Sí era un avance tecnológico o no[2].
De las grandes editoriales, a veces manejadas por medios monopólicos, que a su
vez tienen canales de televisión, radios, revistas, diarios, etc.
Luego, Ivana Lacombe preguntó - Hay algo sobre lo que necesito una
aclaración, ¿hasta qué punto algo es arte y hasta cuál no?[3]Es difícil decir si algo es arte en
abstracto, la obra de arte es un complemento de mundo, no sólo representa la
visión del autor de una porción de mundo, es apunte de resolución del concepto
en figura, es condensación formal, es metáfora epistemológica, es un hecho, una
obra, y es - por lo tanto - concreta, es realidad fenoménica, puede ser
percibida y recibida a través de los sentidos, dijo el profesor. Luego
siguió diciendo que, entonces, lo mejor
será - en presencia de cada obra - preguntarse si esto que está aquí, dándose
de presencia junto a nosotros es arte o no lo es. ¿Es de factura intencional?
¿Tiene la intención de generar emociones y movilizar sentimientos en el
espectador/lector? ¿Quiere decir algo y con belleza? ¿Tiene pretensiones
estéticas? ¿Se sustenta en alguna concepción estética-política-social y a su
vez sostiene y postula alguna tesis? Sí es así, estamos frente a una obra de
arte, más allá de la valoración que pudiéramos hacer de ella, podríamos decir
que no nos gusta la obra, o sí, o que no estamos de acuerdo con lo que dice, o
sí, podríamos estar incluso en contra de las tesis que la subyacen y postula.
Podríamos incluso experimentar sensaciones contradictorias y expresarlas retóricamente[4] diciendo que es bellamente fea o feamente
bella. Pero estaríamos frente a una obra de arte. Nelson Goodman en “Arte,
mente y cerebro” dice que debiéramos cambiar la pregunta ‘¿qué es el arte?’, por:
‘¿cuándo es arte?’ y da allí un conocido ejemplo: si estoy en Japón y veo un
cuadro que tiene una línea que lo cruza de lado a lado, ascendente o
descendente, si estuviese en la pared de un museo pensaré que es un grabado de Hokusai[5],
si estuviera detrás del escritorio de un empresario creeré que es la gráfica
del estado financiero o comercial de la empresa.
El arte es
una actividad humana social ligada al sentimiento, que no está sujeta a reglas
altamente formalizadas, pero no ajena al análisis racional.
La casualidad no es arte, a no ser que la intención
sea justamente generar una producción casual. Por ejemplo: vas a la plaza,
llevás telas, bastidores, pinturas, pinceles, aerosoles, ayudantes y le pedís a
la gente que pasa por allí que pinte lo que quiera. Se podría montar allí -
instantáneamente - una instalación al aire libre cuyos temas, técnicas,
estéticas, no estarían prefijados. La instalación sería además un efímero, se
desmontaría en el día y tal como fue, en ese lugar, con esa disposición, ya no
volvería a existir. Sí podríamos tener registro fílmico o fotográfico.
Luego nos dijo que cuando desarrollemos un proyecto
siempre pensemos en que lo van a ver otras personas: los espectadores, y que
los espectadores siempre piensan que nada es casual, todo lo que vean o
escuchen presente en la obra va a ser juzgado por ellos como un elemento
intencionalmente integrado a la obra y van a tratar - por lo tanto - de
producir sentido de ello. Por ejemplo: si vemos en una película una escena en
la que hay una pareja charlando sentada en un banco de plaza, y por detrás de
ellos pasan transeúntes, pensaremos que los transeúntes pasando detrás de la
pareja son una decisión intencional de la dirección y no una circunstancia
impensada.
Nos contó acerca de una película de Hitchcock en la
que en la primera escena aparecía en el borde del cuadro y un objeto que nada tenía que ver con lo que
intencionalmente el director quería contar, un cadáver era bañado por la marea
y allí estaba además un elemento que algún productor olvidó retirar (el
profesor no recordaba qué elemento era exactamente), Hitchcock contó que fueron
muchas las oportunidades en las que tuvo que explicar a críticos acerca del
significado que comunicaba aquél objeto que había llamado poderosamente la
atención de estos espectadores profesionales - ningún crítico juzgó casual esa
aparición - Luego nos contó acerca de una publicidad en la que había
participado como extra, aquí, en Balcarce, y de cómo el equipo de producción
había cambiado todo el interior de la locación en el Club Trabajo, en apenas
unos minutos, cambiando muebles y colgando cuadros de pared a pared cubriéndolo
todo, reformando todo el lugar e iluminando el espacio a giorno - como si
fueran las doce del mediodía a las dos de la mañana - Las publicidades se
producen desde lo técnico del mismo modo que el cine, manejan el mismo lenguaje
fílmico, con una poderosa concentración de significados en el reducido tiempo
que están en pantalla, nada de lo que aparece en cuadro es descuidado o casual,
sino que por el contrario está pensado e incluso, puede que haya sido debatido.
La compañera Vanesa Ramírez contó que ella vio como
armaban la escenografía en una locación en La Plata, para la película ‘Siete
años en el Tíbet’ (1997), allí
reformaron toda la estación de ferrocarril para que fuese Austria en 1939.
Vanesa lo recuerda porque su abuelo tenía una pizzería enfrente de la estación.
Ella quedó muy impactada de cómo cambiaron todo en poco tiempo.
En este video que sigue, se puede ver a partir de
los 2 minutos 57 segundos, la acción cinematográfica que se desarrolla en el
espacio de la ficción en Austria y en el espacio real en nuestra La Plata.
Luego a partir de los 6 minutos 20 segundos se ve al tren salir de La Plata
(Viena en la ficción) y en unos tres segundos (hay una elipsis, un salto en el
tiempo) la imagen corresponde a nuestra Mendoza (las montañas del Himalaya en
el espacio ficcional). A los 6 minutos 40 segundos, se puede observar como al
mostrar el recorrido de la línea que dibuja un lápiz en un mapa, se hace entrar
al espectador en la ilusión de realidad, de que el tránsito real entre La Plata
y Mendoza, es el tránsito entre la península arábiga y el Tíbet. Es más, es muy
probable que ni siquiera el vagón en el que viaja el protagonista, sea el mismo
en ambas secuencias.
Volvimos luego al tema de la dificultad de definir
qué es el arte, el profesor nos dijo que había un autor (Nelson Goodman) que
decía que prefería la pregunta ¿cuándo es arte? A la pregunta ¿qué es el arte?
Nos comentó también que se han intentado miles de definiciones, Ernst Cassirer
dice: "El arte es un
saber hacer, inventando
el modo de hacerlo". Cassirer, define el arte, como una forma
simbólica y por lo tanto como un producto cultural al igual que el lenguaje, la
ciencia,... Representar, poner en imagen lo percibido.
Ecco dice que es “condensación formal, apunte de resolución del concepto en
figura y complemento de mundo”.
El
arte es una actividad humana y social, basada en el sentimiento y la emoción,
que considera irrenunciable a la búsqueda estética y que si bien no se
encuentra sujeta a reglas altamente formalizadas, no está por eso ajena al
análisis racional.
Respecto de aquella afirmación de
Goodman acerca de que prefiere la pregunta ¿cuándo es arte?, el profesor dibujó
en el pizarrón aquello que podría parecer un grabado de Hokusai o un gráfico de
ventas según se encontrase en un lugar u otro. Esta es en realidad una exageración de Goodman, pues en realidad es harto difícil confundir un grabado de Hokusai con un gráfico empresarial, por no decir imposible. Seguramente Goodman busca precisar una línea de división, quiere encontrar algún criterio que permita reconocer cuando es arte en esos casos en los que el límite es muy difuso, tal como sucede cuando los procedimientos y principios constructivos son novedosos. (Etapa ingenua de una poética)
El arte se construye
intencionalmente, el discurso artístico tiende a movilizar emociones,
sentimientos y pensamientos, a generar belleza, y a comunicar significados
subjetivos que se objetivan en situación de encuentro.
Una mancha de humedad en la pared no
es arte, es una mancha de humedad, pero si se la interviene marcando contornos,
realzándola de algún modo al pintarla, se la ilumina de una manera particular y
se la enmarca, la intervención hace de ella - finalmente - un producto
artístico.
Luego Antonia presentó la crónica de
la clase pasada, muy bien hecha.
Vanesa le preguntó al profesor
cuando iba a subir las crónicas al blog (se ve que estaba muy ansiosa) para
poder mostrársela a sus hijos. Luciano le respondió que el fin de semana las iba
a subir.
Más tarde deconstruimos la
disposición espacial del salón corriendo los bancos y mesas para abordar el
tema arte y juego jugando. Comenzamos con unos juegos en ronda.
Jugamos inicialmente al IÁ-JONDÓM-VIRI/VIRI-SPLASH-SUBUTRULE-BELÚA-APLAUSOS,
un juego de reglas acumulativas, en las que intervienen consignas de
cumplimiento corporal en voz, gesto y movimiento; y que favorece el ejercicio
de la concentración, al mantenimiento de la atención focalizada y a la atención
periférica. El IÁ se pasa diciéndolo y moviendo la mano por delante de la panza
en dirección de quién debe recibirlo y a su vez pasarlo, el JONDÓM cambia el
sentido de giro del IÁ y debe ejecutarse diciendo JONDÓM y flexionando la
rodilla de la pierna que se lleva hacia adelante mientras - al mismo tiempo se
mueven los brazos de arriba hacia abajo lentamente, flexionados a 90° y con los
puños cerrados mirando hacia afuera. El VIRI-VIRI pone a bailar a toda la ronda
y se hace diciéndolo y colocando los dedos índices de las dos manos en la
cabeza como si fuesen dos antenitas. El SPLASH se hace diciéndolo como si se lo
arrojara con las palmas de las manos hacia la persona a la que se le pasa el IÁ
y con los dedos hacia arriba.[6]
Luego jugamos a: Haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago.
Toda la ronda debe mirar al que coordina el juego, el coordinador consigna:
cazador - foto - bailarina - león - etc. A cada palabra le corresponde un
determinado gesto y postura corporal, los jugadores deben hacer el gesto y
adoptar la postura que corresponde a lo dicho a pesar de que el que coordina
haga otro, por ejemplo: si el coordinador dice león y hace el gesto y adopta la
postura corporal que le corresponde a la bailarina, los participantes deben
“armar” corporalmente al león y no a la bailarina.
El siguiente juego consistió en
tratar de comunicarnos cambiando el código de expresión predominante, debíamos
contarnos cosas sin emplear palabras, las expresiones suelen organizarse
codificadas, existen por lo tanto códigos de expresión, compartir códigos es
necesario para que se realice un acto comunicativo. La expresión puede no
organizarse en torno a códigos compartidos o incluso realizarse esforzándose en
generar nuevos códigos, códigos inventados.
Si alguien se toca la oreja y mueve
la cabeza de determinada manera ¿estamos frente a un gesto?, preguntó el
profesor, en principio creemos que sí - respondimos - pero acordamos que ese
gesto es tan propio y personal (podría ser un movimiento pre-expresivo) que
nada comunica.
Si existiese un acuerdo previo entre
dos que inventan un código secreto y a través de ese acuerdo lo comparten, sólo
ellos tendrán seguridad acerca de lo que el otro ha comunicado. Por ejemplo: si
me toco la nariz y me rasco la mano, esto significa que “la lechuza voló del
nido” y a su vez esta expresión significa para un tercero, que se deberá tratar
de impedir que en una reunión se aborde determinado tema. ‘A’ se toca la nariz
y se rasca la mano en presencia de ‘B’, ‘B’ interpreta que debe comunicarle
verbalmente a ‘C’ que ‘la lechuza voló
del nido’, ‘C’ ingresa a la reunión y trata de abortar el tratamiento del tema
‘H’. Probablemente los tres intervinientes en el circuito comunicativo fueran
conocedores sólo de una parte de lo codificado, aquella parte que les
permitiese obrar de acuerdo a lo planificado.
Todo código tiene dos planos: el de
la expresión y el del contenido. El de la expresión está constituido
materialmente, construido con el uso de significantes, puede ser percibido a
través de los sentidos (gusto-tacto-olfato-vista-oído). El del contenido se
constituye inmaterialmente, con los significados. Es al significante al que le
corresponden determinados significados; para compartir un universo de
significados, se deben compartir los códigos, de lo contrario la comunicación se torna
equívoca.
En este juego de cambio de código de
expresión predominante tratamos de comunicarnos a través de un idioma inventado
en el acto por cada uno de nosotros, probamos que en la comunicación verbal
oral existen multitud de significantes que no se corresponden exclusivamente
con la palabra. Y que si bien la palabra es un excelente vehículo comunicativo
también lo es a los efectos de mentir. Estos códigos inventados al prescindir
de la palabra, dejan al desnudo a los otros significantes, operando solos sin
la apoyatura de la palabra. Así son los códigos de expresión artística,
expresan con un gran espesor sígnico, generalmente mucho más genuinamente la
interioridad (lo que va por dentro y por debajo): es muy difícil mentir desde
la obra de arte.
Andrea Zarriello
[1]
No de la feria local, ¿cómo diferenciarla?, podría decir: hablábamos de la
feria nacional. Pero: ¿Por qué denominar como nacional a la feria que concentra
el discurso literario - o más bien el discurso librero - que seleccionan las
grandes editoriales? ¿Qué es lo que la torna más nacional que otras? No
encuentro una respuesta válida, así que sencillamente diré: la feria del libro que
se hace en Buenos Aires una vez al año y que en realidad se titula 'Feria Internacional del Libro Buenos Aires'.
[2]
Me resulta muy difícil pensar en una feria del libro como equivalente a un
avance tecnológico, más bien diría que es un lugar de reunión de información
que puede mediar - o no - algún avance
tecnológico.
[3]
La pregunta así planteada es fácilmente entendible en la charla oral, pero se
vuelve oscura al escribirla escindida del contexto en el que se configuró. Sé
que escribir los antecedentes es engorroso, pero hagamos el intento: “Luego
Ivana dijo: - Luciano, hay una pregunta que quiero hacerte, no tiene relación
directa con el tema del que estamos hablando, pero es importante para mí
saberlo. Muchas veces se dice todo es arte, muchas veces se discute si esto o
aquello, es o no, algo artístico. ¿Cómo puedo diferenciar el arte de aquello
que no lo es?
[4]
La figura retórica aquí es el oxímoron. El oxímoron consiste en usar dos
conceptos de significado opuesto en una sola expresión, que genera un tercer
concepto. ‘Bellamente fea’.
[5] Katsushika
Hokusai conocido simplemente como Hokusai (Edo, actual Tokio, 31 de octubre de
1760 - 10 de mayo de 1849) fue un pintor y grabador japonés, adscrito a la
escuela Ukiyo-e del periodo Edo. Es uno de los principales artistas de esta
escuela conocida como «pinturas del mundo flotante» El grabado que se observa es La gran ola de Kanagawa (entre 1830 y 1833).
[6]
Este intento de descripción del juego está muy bien escrito, a pesar de ello,
es prueba fehaciente de que todo aquello que se aprende por experiencia
sensible y contacto directo, aquello que configura (en sentido estricto) un
saber y no un conocimiento, no puede ser transmitido a través de la
lecto-escritura, no hay tratados de saberes. Nadie ha aprendido a jugar al
iá-jondóm-viri/viri-splash-belúa-subutrule leyendo un manual.
Este es nada más que un ejemplo, se tarda aproximadamente unas tres horas entre: buscar las imágenes, bajarlas al equipo, seleccionarlas para el proyecto de película, agregarlas en Windows Movie Maker, agregar la música, y luego esperar a que cargue la película, para después publicar.
Las imágenes corresponden a pinturas que fueron hechas por otro (Picasso en este caso), pero el video es una producción nueva hecha por nosotros, el video es de nuestra autoría. Las palabras no son necesarias en la obra. El discurso es audiovisual, pero está construido aquí con música y pinturas. Recuerden que 'no se ve lo mismo cuando se oye, no se oye lo mismo cuando se ve'. Esto no quiere decir que esté prohibido el uso de la palabra, sólo quiere decir que hay ocasiones y lugares en las que las palabras ensucian el discurso en vez de aclararlo, no sólo hacen ruido y no dejan escuchar lo que se dice (con otros códigos) sino que además afean la síntesis estética. Es como echarle agua al buen vino.
Puede pensarse - además - en el video como material educativo y sí efectivamente lo es, puede pensárselo como recurso pedagógico, y también lo es, pero... recuerden que el arte no acepta gustoso subalternizarse, por muy buenos que sean los fines a cuyo servicio se desea ponerlo, entonces pensemos en el video tan sólo como eso que es, por delante de cualquier otra cosa: un video.
Sí es bueno o malo, o más o menos, es cuestión de valoración, pero eso no debe preocuparnos ahora.
Sí tenemos que pensar - en cambio - si nuestra intención es emocionar al espectador, movilizar sus sentimientos, poner en marcha su pensamiento, pensar en si tenemos pretensiones estéticas y si queremos comunicar algo. Con esto basta para creer y pecibir que lo que queremos dar a luz es una producción artística.