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sábado, 21 de julio de 2012

Cuestión de códigos - Crónica por Andrea Zarriello



Crónica del encuentro del viernes 4 de mayo de 2012.
Empezamos hablando de la Feria del Libro[1]. Sí era un avance tecnológico o no[2]. De las grandes editoriales, a veces manejadas por medios monopólicos, que a su vez tienen canales de televisión, radios, revistas, diarios, etc.
Luego, Ivana Lacombe preguntó -  Hay algo sobre lo que necesito una aclaración, ¿hasta qué punto algo es arte y hasta cuál no?[3] Es difícil decir si algo es arte en abstracto, la obra de arte es un complemento de mundo, no sólo representa la visión del autor de una porción de mundo, es apunte de resolución del concepto en figura, es condensación formal, es metáfora epistemológica, es un hecho, una obra, y es - por lo tanto - concreta, es realidad fenoménica, puede ser percibida y recibida a través de los sentidos, dijo el profesor. Luego siguió diciendo que, entonces, lo mejor será - en presencia de cada obra - preguntarse si esto que está aquí, dándose de presencia junto a nosotros es arte o no lo es. ¿Es de factura intencional? ¿Tiene la intención de generar emociones y movilizar sentimientos en el espectador/lector? ¿Quiere decir algo y con belleza? ¿Tiene pretensiones estéticas? ¿Se sustenta en alguna concepción estética-política-social y a su vez sostiene y postula alguna tesis? Sí es así, estamos frente a una obra de arte, más allá de la valoración que pudiéramos hacer de ella, podríamos decir que no nos gusta la obra, o sí, o que no estamos de acuerdo con lo que dice, o sí, podríamos estar incluso en contra de las tesis que la subyacen y postula. Podríamos incluso experimentar sensaciones contradictorias y expresarlas retóricamente[4]  diciendo que es bellamente fea o feamente bella. Pero estaríamos frente a una obra de arte. Nelson Goodman en “Arte, mente y cerebro” dice que debiéramos cambiar la pregunta ‘¿qué es el arte?’, por: ‘¿cuándo es arte?’ y da allí un conocido ejemplo: si estoy en Japón y veo un cuadro que tiene una línea que lo cruza de lado a lado, ascendente o descendente, si estuviese en la pared de un museo pensaré que es un grabado de Hokusai[5], si estuviera detrás del escritorio de un empresario creeré que es la gráfica del estado financiero o comercial de la empresa.
El arte es una actividad humana social ligada al sentimiento, que no está sujeta a reglas altamente formalizadas, pero no ajena al análisis racional.
La casualidad no es arte, a no ser que la intención sea justamente generar una producción casual. Por ejemplo: vas a la plaza, llevás telas, bastidores, pinturas, pinceles, aerosoles, ayudantes y le pedís a la gente que pasa por allí que pinte lo que quiera. Se podría montar allí - instantáneamente - una instalación al aire libre cuyos temas, técnicas, estéticas, no estarían prefijados. La instalación sería además un efímero, se desmontaría en el día y tal como fue, en ese lugar, con esa disposición, ya no volvería a existir. Sí podríamos tener registro fílmico o fotográfico.
Luego nos dijo que cuando desarrollemos un proyecto siempre pensemos en que lo van a ver otras personas: los espectadores, y que los espectadores siempre piensan que nada es casual, todo lo que vean o escuchen presente en la obra va a ser juzgado por ellos como un elemento intencionalmente integrado a la obra y van a tratar - por lo tanto - de producir sentido de ello. Por ejemplo: si vemos en una película una escena en la que hay una pareja charlando sentada en un banco de plaza, y por detrás de ellos pasan transeúntes, pensaremos que los transeúntes pasando detrás de la pareja son una decisión intencional de la dirección y no una circunstancia impensada.
Nos contó acerca de una película de Hitchcock en la que en la primera escena aparecía en el borde del cuadro y  un objeto que nada tenía que ver con lo que intencionalmente el director quería contar, un cadáver era bañado por la marea y allí estaba además un elemento que algún productor olvidó retirar (el profesor no recordaba qué elemento era exactamente), Hitchcock contó que fueron muchas las oportunidades en las que tuvo que explicar a críticos acerca del significado que comunicaba aquél objeto que había llamado poderosamente la atención de estos espectadores profesionales - ningún crítico juzgó casual esa aparición - Luego nos contó acerca de una publicidad en la que había participado como extra, aquí, en Balcarce, y de cómo el equipo de producción había cambiado todo el interior de la locación en el Club Trabajo, en apenas unos minutos, cambiando muebles y colgando cuadros de pared a pared cubriéndolo todo, reformando todo el lugar e iluminando el espacio a giorno - como si fueran las doce del mediodía a las dos de la mañana - Las publicidades se producen desde lo técnico del mismo modo que el cine, manejan el mismo lenguaje fílmico, con una poderosa concentración de significados en el reducido tiempo que están en pantalla, nada de lo que aparece en cuadro es descuidado o casual, sino que por el contrario está pensado e incluso, puede que haya sido debatido.
La compañera Vanesa Ramírez contó que ella vio como armaban la escenografía en una locación en La Plata, para la película ‘Siete años en el Tíbet’  (1997), allí reformaron toda la estación de ferrocarril para que fuese Austria en 1939. Vanesa lo recuerda porque su abuelo tenía una pizzería enfrente de la estación. Ella quedó muy impactada de cómo cambiaron todo en poco tiempo.
En este video que sigue, se puede ver a partir de los 2 minutos 57 segundos, la acción cinematográfica que se desarrolla en el espacio de la ficción en Austria y en el espacio real en nuestra La Plata. Luego a partir de los 6 minutos 20 segundos se ve al tren salir de La Plata (Viena en la ficción) y en unos tres segundos (hay una elipsis, un salto en el tiempo) la imagen corresponde a nuestra Mendoza (las montañas del Himalaya en el espacio ficcional). A los 6 minutos 40 segundos, se puede observar como al mostrar el recorrido de la línea que dibuja un lápiz en un mapa, se hace entrar al espectador en la ilusión de realidad, de que el tránsito real entre La Plata y Mendoza, es el tránsito entre la península arábiga y el Tíbet. Es más, es muy probable que ni siquiera el vagón en el que viaja el protagonista, sea el mismo en ambas secuencias.



Volvimos luego al tema de la dificultad de definir qué es el arte, el profesor nos dijo que había un autor (Nelson Goodman) que decía que prefería la pregunta ¿cuándo es arte? A la pregunta ¿qué es el arte? Nos comentó también que se han intentado miles de definiciones, Ernst Cassirer dice: "El arte es un saber hacer, inventando el modo de hacerlo". Cassirer, define el arte, como una forma simbólica y por lo tanto como un producto cultural al igual que el lenguaje, la ciencia,... Representar, poner en imagen lo percibido. Ecco dice que es “condensación formal, apunte de resolución del concepto en figura y complemento de mundo”.
El arte es una actividad humana y social, basada en el sentimiento y la emoción, que considera irrenunciable a la búsqueda estética y que si bien no se encuentra sujeta a reglas altamente formalizadas, no está por eso ajena al análisis racional.
Respecto de aquella afirmación de Goodman acerca de que prefiere la pregunta ¿cuándo es arte?, el profesor dibujó en el pizarrón aquello que podría parecer un grabado de Hokusai o un gráfico de ventas según se encontrase en un lugar u otro. Esta es en realidad una exageración de Goodman, pues en realidad es harto difícil confundir un grabado de Hokusai con un gráfico empresarial, por no decir imposible. Seguramente Goodman busca precisar una línea de división, quiere encontrar algún criterio que permita reconocer cuando es arte en esos casos en los que el límite es muy difuso, tal como sucede cuando los procedimientos y principios constructivos son novedosos. (Etapa ingenua de una poética)


El arte se construye intencionalmente, el discurso artístico tiende a movilizar emociones, sentimientos y pensamientos, a generar belleza, y a comunicar significados subjetivos que se objetivan en situación de encuentro.
Una mancha de humedad en la pared no es arte, es una mancha de humedad, pero si se la interviene marcando contornos, realzándola de algún modo al pintarla, se la ilumina de una manera particular y se la enmarca, la intervención hace de ella - finalmente - un producto artístico.
Luego Antonia presentó la crónica de la clase pasada, muy bien hecha.
Vanesa le preguntó al profesor cuando iba a subir las crónicas al blog (se ve que estaba muy ansiosa) para poder mostrársela a sus hijos. Luciano le respondió que el fin de semana las iba a subir.
Más tarde deconstruimos la disposición espacial del salón corriendo los bancos y mesas para abordar el tema arte y juego jugando. Comenzamos con unos juegos en ronda.


Jugamos inicialmente al IÁ-JONDÓM-VIRI/VIRI-SPLASH-SUBUTRULE-BELÚA-APLAUSOS, un juego de reglas acumulativas, en las que intervienen consignas de cumplimiento corporal en voz, gesto y movimiento; y que favorece el ejercicio de la concentración, al mantenimiento de la atención focalizada y a la atención periférica. El IÁ se pasa diciéndolo y moviendo la mano por delante de la panza en dirección de quién debe recibirlo y a su vez pasarlo, el JONDÓM cambia el sentido de giro del IÁ y debe ejecutarse diciendo JONDÓM y flexionando la rodilla de la pierna que se lleva hacia adelante mientras - al mismo tiempo se mueven los brazos de arriba hacia abajo lentamente, flexionados a 90° y con los puños cerrados mirando hacia afuera. El VIRI-VIRI pone a bailar a toda la ronda y se hace diciéndolo y colocando los dedos índices de las dos manos en la cabeza como si fuesen dos antenitas. El SPLASH se hace diciéndolo como si se lo arrojara con las palmas de las manos hacia la persona a la que se le pasa el IÁ y con los dedos hacia arriba.[6]
Luego jugamos a: Haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago. Toda la ronda debe mirar al que coordina el juego, el coordinador consigna: cazador - foto - bailarina - león - etc. A cada palabra le corresponde un determinado gesto y postura corporal, los jugadores deben hacer el gesto y adoptar la postura que corresponde a lo dicho a pesar de que el que coordina haga otro, por ejemplo: si el coordinador dice león y hace el gesto y adopta la postura corporal que le corresponde a la bailarina, los participantes deben “armar” corporalmente al león y no a la bailarina.
El siguiente juego consistió en tratar de comunicarnos cambiando el código de expresión predominante, debíamos contarnos cosas sin emplear palabras, las expresiones suelen organizarse codificadas, existen por lo tanto códigos de expresión, compartir códigos es necesario para que se realice un acto comunicativo. La expresión puede no organizarse en torno a códigos compartidos o incluso realizarse esforzándose en generar nuevos códigos, códigos inventados.
Si alguien se toca la oreja y mueve la cabeza de determinada manera ¿estamos frente a un gesto?, preguntó el profesor, en principio creemos que sí - respondimos - pero acordamos que ese gesto es tan propio y personal (podría ser un movimiento pre-expresivo) que nada comunica.
Si existiese un acuerdo previo entre dos que inventan un código secreto y a través de ese acuerdo lo comparten, sólo ellos tendrán seguridad acerca de lo que el otro ha comunicado. Por ejemplo: si me toco la nariz y me rasco la mano, esto significa que “la lechuza voló del nido” y a su vez esta expresión significa para un tercero, que se deberá tratar de impedir que en una reunión se aborde determinado tema. ‘A’ se toca la nariz y se rasca la mano en presencia de ‘B’, ‘B’ interpreta que debe comunicarle verbalmente a ‘C’  que ‘la lechuza voló del nido’, ‘C’ ingresa a la reunión y trata de abortar el tratamiento del tema ‘H’. Probablemente los tres intervinientes en el circuito comunicativo fueran conocedores sólo de una parte de lo codificado, aquella parte que les permitiese obrar de acuerdo a lo planificado.
Todo código tiene dos planos: el de la expresión y el del contenido. El de la expresión está constituido materialmente, construido con el uso de significantes, puede ser percibido a través de los sentidos (gusto-tacto-olfato-vista-oído). El del contenido se constituye inmaterialmente, con los significados. Es al significante al que le corresponden determinados significados; para compartir un universo de significados, se deben compartir los códigos,   de lo contrario la comunicación se torna equívoca.
En este juego de cambio de código de expresión predominante tratamos de comunicarnos a través de un idioma inventado en el acto por cada uno de nosotros, probamos que en la comunicación verbal oral existen multitud de significantes que no se corresponden exclusivamente con la palabra. Y que si bien la palabra es un excelente vehículo comunicativo también lo es a los efectos de mentir. Estos códigos inventados al prescindir de la palabra, dejan al desnudo a los otros significantes, operando solos sin la apoyatura de la palabra. Así son los códigos de expresión artística, expresan con un gran espesor sígnico, generalmente mucho más genuinamente la interioridad (lo que va por dentro y por debajo): es muy difícil mentir desde la obra de arte.

Andrea Zarriello


[1] No de la feria local, ¿cómo diferenciarla?, podría decir: hablábamos de la feria nacional. Pero: ¿Por qué denominar como nacional a la feria que concentra el discurso literario - o más bien el discurso librero - que seleccionan las grandes editoriales? ¿Qué es lo que la torna más nacional que otras? No encuentro una respuesta válida, así que sencillamente diré: la feria del libro que se hace en Buenos Aires una vez al año y que en realidad se titula 'Feria Internacional del Libro Buenos Aires'.
[2] Me resulta muy difícil pensar en una feria del libro como equivalente a un avance tecnológico, más bien diría que es un lugar de reunión de información que puede mediar - o no -  algún avance tecnológico.
[3] La pregunta así planteada es fácilmente entendible en la charla oral, pero se vuelve oscura al escribirla escindida del contexto en el que se configuró. Sé que escribir los antecedentes es engorroso, pero hagamos el intento: “Luego Ivana dijo: - Luciano, hay una pregunta que quiero hacerte, no tiene relación directa con el tema del que estamos hablando, pero es importante para mí saberlo. Muchas veces se dice todo es arte, muchas veces se discute si esto o aquello, es o no, algo artístico. ¿Cómo puedo diferenciar el arte de aquello que no lo es?
[4] La figura retórica aquí es el oxímoron. El oxímoron consiste en usar dos conceptos de significado opuesto en una sola expresión, que genera un tercer concepto. ‘Bellamente fea’.
[5] Katsushika Hokusai conocido simplemente como Hokusai (Edo, actual Tokio, 31 de octubre de 1760 - 10 de mayo de 1849) fue un pintor y grabador japonés, adscrito a la escuela Ukiyo-e del periodo Edo. Es uno de los principales artistas de esta escuela conocida como «pinturas del mundo flotante» El grabado que se observa es La gran ola de Kanagawa (entre 1830 y 1833).
[6] Este intento de descripción del juego está muy bien escrito, a pesar de ello, es prueba fehaciente de que todo aquello que se aprende por experiencia sensible y contacto directo, aquello que configura (en sentido estricto) un saber y no un conocimiento, no puede ser transmitido a través de la lecto-escritura, no hay tratados de saberes. Nadie ha aprendido a jugar al iá-jondóm-viri/viri-splash-belúa-subutrule leyendo un manual.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Excelente crónica...Andrea... diríamos que gracias a esta crónica se me vienen los recuerdos .hasta podría decir que se me escapa una lagrima por ahí. Recuerdos de mi infancia...sobre el relato nos deja bien claro las formas en que se presenta el arte y los divertidos juegos que hicimos …muy linda tu crónica...jjj vos que pensabas que estaba mal…noo ¡!!quedo muy buena..
vanesa ramirez prof.de primaria primer año.