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martes, 16 de septiembre de 2008

Comentarios a las crónicas 4

Comentarios a las Crónicas – 4

Andrea habla en el comienzo de su crónica de los circuitos de comunicación, y es absolutamente cierto que a menudo fallan, fallan al interior de las instituciones educativas, como así también en otros ámbitos que nada tienen que ver con lo educativo. Es que para ejercer la comunicación de modo permanente hay que convertirla en un ejercicio constante, esto es: hacemos o no hacemos algo que creemos que puede afectar a terceros, y entonces lo comunicamos de inmediato. Respecto del correo electrónico, esta herramienta que es el blog, puede reemplazarlo con ventajas, siempre que no necesitemos privacidad en aquello que nos queremos contar.

Les transcribo algunas frases de Bertolt Brecht:

“Si este mundo actual que nos toca vivir no cabe en nuestro teatro, entonces nuestro teatro no tiene cabida en este mundo”

“Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles"

“El peor analfabeto es el analfabeto político.
Él no ve, no habla, no participa de los acontecimientos políticos.
Él no sabe que el costo de vida, el precio del poroto, del pescado, de la harina, del alquiler, del calzado o del remedio, dependen de decisiones políticas.
El analfabeto político es tan burro que se enorgullece e hincha el pecho, diciendo que odia la política.
No sabe, el muy imbécil, que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado, el asaltante y el peor de todos los bandidos, que es el político corrupto, lacayo de las empresas nacionales y multinacionales.”

Como podrán observar, estas frases son prueba de que el artista es a menudo también intelectual político, y que el arte es a las claras una metáfora que refiere al mundo, a la cultura, a la sociedad de una época. Una metáfora que conoce de un modo especial el mundo y que tiene siempre algo que decir de él, a veces sin palabras, otras con ellas, en general siempre con muy poca extensión. Una síntesis estética.

Debo recordarles, al igual que en el comentario anterior, que la memoria a la que hice referencia es a la semántica, no a la selectiva.

Respecto de los juegos quiero hacer algunas precisiones:
El juego es real. El fenómeno lúdico se da de presencia en la realidad. Pensemos que un fenómeno es toda manifestación que se hace presente a la conciencia de un sujeto y aparece como objeto de su percepción, todo aquello que es objeto de experiencia sensible. Recuerdan que nos preguntábamos: ¿Estos chicos están jugando realmente? ¿Es real el juego de estos chicos? Y respondíamos que indudablemente estaban jugando realmente y que su juego era real.
Sí mencionamos que el juego se daba en un espacio transicional.
Fue Donald Winnicott (1896-1971), pediatra y psicoanalista quien desarrolló los conceptos de objeto y espacio ‘transicional’. Trabajó en el Paddington Green Children’s Hospital como médico pediatra. Fue presidente de la Sociedad Británica de Psicoanálisis de 1956 a 1959 y posteriormente desde 1965 hasta 1968.
Su obra, tan amplia como original, demostró su interés por todo aquello que pueda tener un valor terapéutico. Lejos de cualquier rigidez, utilizó la disposición analítica con el objeto de que el paciente pueda encontrar su ‘modo de soñarse’. Sus investigaciones sobre la psicosis estuvieron influidas por los trabajos de Sandor Ferenczi y Melanie Klein.
Su nombre está unido a la noción de objetos y fenómenos de transición - objetos o modos de comportamiento que sustituyen de forma ilusoria a la madre ausente cuando se ha roto la díada madre-hijo, y que acompañan al niño en una nueva fase de su desarrollo en la que es más autosuficiente - Fue uno de los pocos psicoanalistas que criticó de forma abierta y científica el método del electroshock en la década de 1940.
Obras de Winnicott: Escritos de pediatría y psicoanálisis (1957), El niño y la familia (1957), El proceso de maduración y las facilitaciones del medio (1965), Realidad y juego (1971) y La consulta terapéutica y el niño (1971).
Los juegos se dan en el espacio transicional, especie de membrana que une y divide a la vez el mundo real exterior y la interioridad. En el juego existe la aceptación de un universo ficcional que protege, de jugar no devienen consecuencias reales negativas. Sólo los aprendizajes producidos a través y a partir del juego son las consecuencias que le siguen.
“Dime a que juegan los niños de un pueblo y te diré cómo será su cultura”, esto decía Johan Huizinga, autor de “Homo ludens”, para quien el juego es el padre de la cultura.
La madre “lo suficientemente buena” es aquella que permite el desprendimiento gradual de su hijo en el camino a su independencia. El adulto “lo suficientemente confiable” es aquél ante el cuál el niño juega como si estuviera sólo.

El umbral de excitación de un juego es ese punto en el que la vorágine propia del juego hace que la excitación crezca hasta romperlo. Roto el espacio transicional, irrumpe la realidad y sus normas, ya no es juego lo que sucede. El juego se da en la realidad, pero es una realidad ficticia instalada en la primera. Una segunda realidad, que como está dicho más arriba, protege. Este universo ficcional es aceptado por todos los participantes del juego, a esto es a lo que nos referimos cuando hablamos de un universo de significados compartidos. Sin esta convención, sería imposible que compartiéramos un juego, del mismo modo sería imposible que compartiésemos arte.
Andrea dice que en el juego presentado por Soledad, Sole ejerce el autoritarismo y rompe el juego de antemano al obligar a su hermano a jugar. Aquí se ve claramente que Andrea como espectadora del juego comparte un universo de significados, que permite que diga “su hermano”, cuando en realidad era yo quien hacía las veces del hermano de Soledad.
La pintura “Juego de niños”, de Pieter Bruegel (el Viejo), data del siglo XVI, en ella se observan juegos que hasta hoy superviven, luego de 500 años. Y es posible que sean más antiguos todavía.
Para finalizar quiero hacerles un pedido: por favor, utilizando la opción comentarios que aparece al pie de este artículo, respondan a la siguiente pregunta:
¿En qué se parece el juego al arte?

Luciano

8 comentarios:

Anónimo dijo...

el juego se parece al arte por que somos libres e inmersos en ese momento en un mundo distinto en nuestro mundo,donde fluyen nuestras sensaciones y sentimientos.ver a niños jugando es arte,y a la vez ver una obra de arte es todo un juego,donde utilizamos imaginacion sensaciones

Anónimo dijo...

El juego se asemeja al arte porque en los dos se necesita de la fluidez de sentimientos y sensaciones...

Anónimo dijo...

para realizar arte se necesita imaginacion,y tambien podemos expresar nuetros sentimientos!!
y en el juego tambien usamos nuestra imaginacion y sentimientos!!

Anónimo dijo...

Creo que tanto el juego como el arte están en presencia de la realidad pero... escapan a la realidad misma.

Anónimo dijo...

el juego y el arte se parecen ya que en los dos interviene la imaginación,también son muy importantes los sentimientos y las sensaciones.

Anónimo dijo...

el juego y el arte siempre estàn entrelazados y se relacionan mucho ya que los dos sgnifican a mi criterio: creatividad, imaginaciòn, cultura, expresiòn,sentimientos,sensaciones,dònde interviene la acciòn motriz y la corporeidad del ser humano.

Anónimo dijo...

CONSIDERO QUE EL JUEGO Y EL ARTE SE ENCUENTRAN MUY RELAXIONADO POR QUE NOS PERMITE PODER EXPRESARNOS Y SER MAS LIBRES.
SOLEDAD.

Anónimo dijo...

Para realizar arte se necesita sencibilidad y sentimientos...
y para el juego es necesario de imaginación y libertad, etc...