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viernes, 8 de agosto de 2008

Crónica del viernes 9 de mayo de 2008. Por Rosa Sayago

INSTITUTO SUPERIOR DE FORMACIÓN
DOCENTE Y TÉCNICA Nº 32

TEMA: “Crónica de la Clase”. 09/05/08.
MATERIA: Arte y Educación.
PROFESOR: Luciano Cristaldo.
ALUMNA: Rosa Sayago.
AÑO: 1º E.P.B.

El día viernes 09 de mayo de 2008, en la clase de Arte y Educación, a cargo del profesor Luciano Cristaldo, después de escuchar y analizar entre todas la excelente crónica de la compañera Gabriela Gorosito. Nos metemos de lleno en el tema que nos tenía preparado el profesor para este día: “Grupos”.
Lo primero que hicimos fue relajarnos un poco, como lo venimos haciendo en las clases anteriores (dejar caer los hombros, moverlos en círculos; aflojar los brazos; mover la cintura, los pies, las piernas…)
Después de esta breve clase de “yoga”, continuamos con los juegos, que a pesar de que a veces nos causen gracia, sirven para hacer una mejor comprensión del tema que se está hablando.
El profesor siempre dice: - “yo quiero que ustedes tengan su propia experiencia para que lo entiendan mejor…” y es verdad, es una forma distinta, no tan estructurada como en el resto de las materias que tenemos, pero no por eso deja de ser eficaz, simplemente cambia el método de enseñanza para volcar los contenidos correspondientes.
En este clase, no fueron juegos exactamente, sino, que se parecía más a una “reconstrucción del hecho” a modo policial.
Hicimos un simulacro de que todas estábamos esperando un colectivo en la misma parada y a la misma hora. Pero sin conocernos entre nosotras. Ahí entendimos que no éramos un Grupo, porque si bien todas esperábamos el mismo colectivo, no teníamos el mismo objetivo general, ni el mismo proyecto, tampoco bajaríamos en el mismo sitio, y a nadie condicionaba o perjudicaba si alguna de nosotras no quería subir.
Otro ejemplo fue el que hicieron Belén, Gabriela y Viviana que estaban en otra parada de colectivo, sin tener nada que ver una con la otra y de repente se desmorona un balcón que estaba prácticamente encima de ellas, las chicas salen corriendo y se alejan del lugar; inmediatamente viene un medio televisivo: “Crónica TV” y comienza a realizar la nota, donde en una de sus partes dice: “(…) un grupo de persona casi es aplastada por un balcón que se cayó (…)”. Lo que el notero llama como grupo, en realidad tampoco lo es.
La siguiente interpretación fue hecha por casi la mitad del curso; ocurría en un taller de costura dónde trabajábamos, realizábamos nuestras tareas, tomábamos alguno que otro mate y comentábamos lo poco que nos pagaban; faltaban 5 minutos para terminar nuestra jornada laboral, cuando en ese momento ingresa la chica de la limpieza, era su primer día de trabajo y tardaría no menos de una hora en limpiar todo. Pero había un inconveniente: ¿Quién de nosotras se quedaría esperando que la chica terminara para poder cerrar el taller?... Nadie, todas nos íbamos sin darle una mano.
En este caso compartíamos un horario, una tarea determinada, un espacio físico, conocíamos nombre y apellido de todas nosotras, y a partir de esto podíamos imaginar en nuestra mente el aspecto físico de cada una y unirlo a un nombre. Sin embargo, no formábamos un grupo.
Un grupo no es simplemente varias personas juntas en un determinado tiempo y espacio, un grupo requiere de un objetivo y proyecto en común, que conlleve compromiso y responsabilidad, disponibilidad hacia los otros y acuerdos sobre temas determinados.
Otro tema que surgió fue el de los juegos. En este caso el profesor y Natalia jugaban a ser Batman y Robin (aunque Natalia no quería ser Robin sino “la mujer maravilla”).
Después de esta breve interpretación el profesor pregunta: - ¿Es un juego de competencia?... Hubo un intercambio de opiniones hasta que llegamos a la conclusión que este no era un juego competitivo, aunque hay muchos que lo son; como también existen los de riesgo, los de equilibrio, Andrea y Lucía nos mostraron un ejemplo.
El profesor también explicó que el Juego se da cuando las personas que son invitadas a jugar, lo aceptan con gusto, con ganas; en cambio, cuando lo hacen por obligación la magia se rompe y el juego no existe.
Rosa Sayago

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